Comienza el curso, el estrés de segundo de bachiller y el nivel empiezan a pesar. El año en el que más veces oiremos la palabra "selectividad" está en marcha y los alumnos intentamos ir habituándonos a cada profesor y sus respectivas asignaturas.
Es el curso en el que decidiremos nuestro
futuro, por eso los nervios están a flor de piel. Aunque a veces nos dejemos
llevar, somos conscientes de la importancia y la repercusión que puede tener en nuestras vidas. El día a día es la clave ya que ir haciendo deberes y estudiando diariamente es fundamental, sin
tener que dejar las cosas para el último instante, como los cursos anteriores.
Será un curso en el que tendremos que tomar muchas decisiones que
afectarán a nuestras vidas: elección de carrera, ciudad en la que cursarla y
dejar de lado algunas aficiones por las obligaciones.
Por lo tanto, tendremos que dar lo mejor de nosotros mismos en
cada momento, para sacar buenas notas tanto en el colegio como en selectividad
y poder acceder a la carrera deseada.
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