miércoles, 26 de febrero de 2014

DEPENDENCIA HACIA LA TECNOLOGIA

La dependencia de la tecnología es un problema muy común en estos  tiempos que corren. Dentro ésta  me voy a centrar  en la relación de los jóvenes con Internet y  los teléfonos móviles.
El uso de la tecnología no es malo, pero en el colectivo juvenil, se hace un uso excesivo de ella. Según un informe de “La telefonía móvil en la infancia y adolescencia” el 80% de los jóvenes disponen de un teléfono de última generación y el 44% de ellos lo usa entre 3 y 4 horas diarias”. Aparte de este dato, hace unos días emitieron una noticia en el telediario en  la que se decía que de media consultamos el móvil 150 veces al día.
 Todos estos datos reflejan realmente la dependencia que tenemos hacia la tecnología, por lo que ¿Qué nos ocurre cuando estamos sin ella? Sin estos aparatos nos pueden ocurrir 3 cosas entre otras: ansiedad, aburrimiento y aislamiento. La ansiedad la podemos ver por ejemplo, cuando aplicaciones como WhatsApp se bloquean y la gente no puede aguantar sin ellas. El aburrimiento, en el momento en el que no  se puede jugar o informarse de algo y aislamiento de la gente que también depende de la tecnología.  El aislamiento, lo podemos ver de otra manera, cuando la tecnología te aísla del mundo. En España no se ha dado el caso, pero en Japón se ha desarrollado un fenómeno llamado Hikikomori en el que se observan trastornos de personalidad como la timidez o agorafobia.
 Estos problemas generados por la dependencia de la tecnología están ya estudiados, pero muchos otros están en proceso  como posibles enfermedades , por ejemplo: tumores cerebrales, problemas en los dedos pulgares y problemas visuales.
Otro de los posibles trastornos, es la adicción que esta produce ya que se siente  la necesidad de estar conectado a todas las horas, la  desazón por dejarlo olvidado, cambios de humor o incluso  más graves como el alejamiento de la familia o el fracaso escolar. Hablando sobre el último , como experiencia personal puedo decir que un amigo se compró un móvil de última generación y por el uso que hizo de él, tuvo unos resultados académicos muy bajos.
Respecto a la adicción,  la antropóloga argentina Rosalía Winocur senñaló: “la angustia de la desconexión es una adicción. Hasta los 90 en las películas los personajes fumaban, ahora todos tienen celular. De la misma manera en el que el cigarrillo es un ansiolítico socialmente aceptado, el celular también lo es. Las redes controlan la ansiedad y se vuelven redes de sometimiento.” Esto quiere decir, que  el  tener móvil  hace que los jóvenes  se calmen , controlen su ansiedad y puedan entrar en los círculos de las redes  de las que se sienten pàrtícipes aunque estén sometidos y dependan  de ellas.
A pesar de todo esto, creo que se puede vivir sin estar pegado al móvil todo el día, ya que yo el año pasado no disponía de él entre semana debido a que mi padre me lo confiscaba hasta  el fin de semana y he logrado  sobrevivir. Pero ya lo dijo Einstein: “Temo el día en el que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo solo tendrá una generación de idiotas.” Y poco a poco a eso es a lo que estamos llegando.

En conclusión, no podemos ir en contra del progreso y de la tecnología, sino que la debemos usar coherentemente, ya que el mal uso lleva al abuso y el abuso a la dependencia.